Porque todo depende de la lente con la que miremos. Porque los reinos dependen de las miradas, de las clasificaciones, de los tiempos ilustrados. Porque somos uno y ninguno, todos en unidad, nos engañamos en la diversidad de un sueño aparente de vida y de muerte.
Son tan sólo uno y mil ciclos,
revueltos y disueltos.
En forma y con forma,
la arquitectura compone y dispone
modelando la energía.
Genera fronteras ilusorias
que dividen y violentan la verdad.
La salida es el camino, o el camino es la salida;
porque existe un punto entre opuestos,
en que el equilibrio momentáneo enciende una chispa.
Girando y flotando en qué sentido y sin sentido.
La guía se estructura en las estrellas, en los cielos infinitos
y las referencias aparecen cuando el ojo las percibe.
Cuando el verbo fue primero,
reflejado en un sonido,
atrapado en el oído,
transmutado en materia
y convertido en realidad.
Aquí estamos hoy y siempre, divagando y soñando.
Limitados y acorazados en el cuerpo de los hombres,
que no bastan y que explotan, no alcanzando a contener,
estas almas inmortales, con millones de inquietudes,
que germinan y que brotan, crecen y florecen,
buscando el infinito que todo lo contiene
y que no dejan que se borre esta memoria,
que inquieta y persistente, acumula e incita a proseguir.
¿Cómo hacemos? ¿Y qué hacemos aquí dentro?
El afuera está adentro. La mirada reflejada esconde y denuncia la respuesta. El tren de la vida nos deja en la puerta de entrada; pero no avisa y la clave escurridiza, pasa ante nosotros como brisa enloquecida, que revuelve con despecho y destrona a quien no haya abierto su corazón.
La mente inquisidora,
despierta y fervorosa,
resplandece en su locura,
se levanta y se repliega,
se desboca y cabalga
en la hermosura de criterios y estructuras,
que faltas de sentido, tiemblan y se derrumban.
Y es así, como la falta insistente, suelta y disuelta, se establece y toma forma de verdad.
Este es el punto en el camino.
Vivamos! Escuchemos!
Sentir es la consigna; en silencio, pero alertas.
Si la mente se controla y se concentra, brotarán de todos lados, los gnomos escondidos, que traviesos, llegarán hasta nosotros, para mostrarnos las entradas a este mundo maravilloso.
Estas puertas que se abren de repente, nos deslumbran y dan miedo. La inquietud nos invade y aquella mentira persistente, hace estragos en la mente y desliza piedras delante de nuestros pies. No deja ni ver ni disfrutar de la verdad.
El sendero señalado frente a nosotros todo el tiempo estará. Pero las mentes retorcidas nos niegan y desvían.
Seamos verdaderos, todo está en nosotros y en cada uno. Somos uno y somos todo. Despertemos y miremos de frente el camino al interior. Ese yo interno que todo lo sabe y todo lo siente.
Porque esa es la verdad que no logramos dejar fluir. Nada de todo este mundo existe de no quererlo así. La imaginación es un don que debemos controlar. Somos dioses creadores, cuidemos y seamos responsables, que nada es sin nosotros y todo es por nosotros.
Vivir no es un sueño, pero vivimos en ensueño, en ese medio mundo de tinieblas que perturba.
Activemos los sentidos desde adentro, la red ya está tendida y establecida; hagamos fluir la energía que la vida nos espera y el universo se despierta para darnos la bienvenida.
Liberémonos, esclavos de los vicios!
Seamos libres de verdad!
La unión es la respuesta, puesto que cada uno en su unicidad, incluye lo que resta.
Porque la unión hace la fuerza y la división la soledad.
Aspectos espirituales de la creación. Taller Musso 2011. Mariana Beheregaray.
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